Me acompañan en esta travesía

sábado, 9 de enero de 2010

Sanidad pública versus sanidad privada


Siempre he apostado por los servicios públicos frente a los privados, por cuestión de principios. Hasta que las circunstancias me han aconsejado lo contrario.

Por ejemplo, en el terreno de la educación. La escuela pública me ha ofertado una buena enseñanza para mi hijo, hasta que llegó el momento de necesitar otros servicios y tuve que acudir a la enseñanza privada.

Y en el aspecto sanitario, siempre he estado acogida al régimen de la Seguridad Social. Mi historia clínica es como aquel Libro Gordo de Petete que salía en la televisión, por lo voluminosa y lo instructiva que puede resultar para cualquier facultativo que empieza en el apasionante mundo de la medicina. Arranca desde la edad de tres años en que padecí el virus de la poliomielitis. Allí aparecen fotos, gráficas, informes... intervenciones quirúrgicas, sesiones de rehabilitación, pruebas diagnósticas... todo el proceso dejado, finalmente, en manos del paciente. A mi criterio, he acudido al médico cuando he creído conveniente y necesario. Jamás se me ha sugerido revisión periódica para hacer un seguimiento de la evolución de la enfermedad. Y como yo, hemos estado todos los afectados de la polio que, con la erradicación de la enfermedad en España, fue decayendo su interés médico-científico. En ese desamparo, y en todo este tiempo, apenas he necesitado visitar la consulta de un médico y cuando, en algún momento, he estado aquejada de alguna dolencia, he llegado a escuchar en más de una ocasión que todo era consecuencia de la polio y ante eso, pues... que no se podía hacer nada y que tampoco era conveniente abusar de calmantes... Así que también apenas me he medicado.

Pero en todo este tiempo, he tenido que acudir a mi Centro de Salud, o al Centro de Especialidades o al Hospital. Allí me han atendido todos los médicos que he necesitado, todos centralizados en esos centros, todos accesibles.

Cuando comencé con un pinzamiento ciático, hace ahora más de un año, comencé también la peregrinación de consultas y nuevas pruebas. Como quiera que la demora en las citas supone meses de espera entre prueba y contestación de la misma en consulta, busqué y me pateé las consultas privadas de todos aquellos médicos que estimé. En una de ellas he encontrado un médico que se atreve a operarme. Y como quiera, también, que mi mutua médica me ofrece la posibilidad de escoger entre la sanidad pública o privada, me he cambiado a la sanidad privada.

Ahora debo encontrar médicos cuyas consultas estén accesibles, que no es fácil. Llamar, preguntar, investigar... como se me ha dado el caso, para elegir mi médico de familia que deberá seguir firmándome los partes de baja y recetándome la medicación.

Con respecto a las consultas privadas, además de ser costosas, suelen estar situadas en casas antiguas con ascensores estrechos, portales con escalones y escaleras insalvables. No entiendo que la consulta de los traumatólogos puedan tener barreras arquitectónicas y que una paciente como yo necesite ir acompañada de cuatro personas (tres chicos fuertes para subir la silla, conmigo, por las escaleras, y una fémina que entre en la consulta para ayudarme en lo que necesite durante el reconocimiento).

En estos momentos valoro la celeridad de la privada y haber encontrado un médico experto en el que he depositado mi total confianza.

Procedencia de la imagen.

8 comentarios:

Leonor Solamente dijo...

Hola cielo, ante todo, desearte un muy FELIZ AÑO!!!
Tienes razón en todo lo que dices de la sanidad, y leyéndote me doy cuenta de la gran suerte que tengo de vivir en Barcelona y haber sido aceptada en el Instituto Guttman, pues allí es como si fuese privado. Las pruevas que necesistes te las hacen muy rápido (en un par de semanas las tienes) y es en el único sitio donde se atreven a hacer un seguimiento de mi enfermedad. Incluso han llegado a hacer una unidad de SPP y parece que la están empezando a estudiar. El doctor Portell (el de las conferencias) es quien la lleva y el médico que me lleva a mi.
Con el médico de cabecera también tuve suerte en su día, pues fue él quien me aconsejó arreglar los papeles para ir a Guttman y quien más se empeñó en que tramitase la invalidez. Pero los demás... una pena. Solo me decian que no hacía falta que volviese por la consulta, fuera traumatólogo, reumatólogo, o cualquier otro "ogo"
Buen cielo, espero que consigas encontrar un médico accesible para que puedan hacerte un buen seguimiento, pues aunque no puedan hacer a penas nada, sicológicamente una se siente muchísimo mejor. Por lo menos no te sientes abandonada.

Un abrazo bien grandote con cariño,
Leonor

Leonor Solamente dijo...

Por cierto...
Muy bonito el logotipo de tu blog.
Y el post de cómo bajaste a los infiernos me ha encantado. No hay duda de que tienes un don para la escritura ;-)

Mil besitos wpetona,

Perséfone dijo...

Hola, Leonor, no sabes la alegría que me da verte por aquí, últimamente te prodigas poco.

Considérate una privilegiada tú y todos los que vivís en Barcelona e incluso en el resto de Cataluña o en Madrid,. Las demás comunidades estamos aún en pañales sobre el diagnóstico y tratamiento de pacientes con Síndrome Postpolio (SPP).

Me alegro que te guste mi logotipo. Con respecto al "don para la escritura", que sepas que me presento el próximo año al premio Planeta, jajaja.

Gracias, guapa. Muchos besos, cuídate.

Leonor Solamente dijo...

Jajaja... Pues ten cuidadín porque ya me han dicho que estaré de jurado :P

Besitos,

Lady Morrigan dijo...

Querida Perséfone:

No sabes también cuanta razón tienes no solamente para los servicios públicos en cuestion a civiles, hay personas en este caso como yo, que siempre he tenido una salud muy fuerte, pero por mi desempeño laboral que es "privado" tengo que tener por rapidez un medico privado, si me ocurriese algo o tuviese que ir rápidamente a un psicologo o cualquier medico de urgencias tendrían que facilitarmelo en cuestión de horas. Mis padres siempre confiaron muchisimo en la seguridad social tanto que hasta acabé cambiándome por error a la seguridad social, ahora veo que si tengo k pedir cita incluso en algunos estándares me puede costar meses... y en mi caso no me lo puedo permitir para nada.

Si doy veracidad a la clinica privada, sobre todo para personas cuyos trabajos lo requieran.

Atenea dijo...

Hola Perséfone,
Me alegro mucho de que hayas encontrado un médico de confianza. Al final del camino, el peregrinaje habrá merecido la pena.
Yo, en estos momentos, también valoro la celeridad de la privada en las pruebas, visitas médicas...Siempre pertenecí a la Seguridad Social pero en su día con MUFACE, pude elegir entre la
Seguridad Social y la privada, que aquí en Almería son muy parecidas en cuanto a los facutativos se refiere porque trabajan tanto en la una como en la otra, pero se distinguen en la rapidez y en el tipo de hospital que ocupas en el caso de que tengas que ingresar por algo. En ese momento opté por la privada.
Lo mío también ha sido un auténtico peregrinaje desde que la polio hizo acto de presencia antes de cumplir los tres meses. No tuve la oportunidad de ponerme la vacuna porque el virus se adelantó a la fecha.
A partir de ahí ya sabes, operaciones, rehabilitación...Qué te voy a contar que tú no sepas. Por lo visto el famoso "Libro Gordo de Petete", abunda mucho por aquí. Yo también tengo uno con mi historia clínica, bastante completito.
No quisiera parecer indiscreta, pero me gustaría saber de qué tienes que operarte ahora y decirte que si es lo que necesitas y crees que mejoraras, pues adelante con ello.
Yo tengo pendiente una operación pero creo que tengo que valorar muy bien el riesgo-beneficio y cuando lo tenga algo claro pues tendré que decidir. Si tu médico te ha aconsejado que te operes y piensas que es lo mejor para ti, te animo a que lo hagas.
Un abrazo muy fuerte.

Perséfone dijo...

Querida Atenea.

Yo también tengo MUFACE, por eso la posibilidad de elección entre los dos tipos de sanidad.

Te diré que llevo operada de escoliosis más de veinte años, y ahora tengo una lumbociática que no me deja vivir de dolor y calambres continuos desde hace más de un año. La cosa es complicada y por eso los médicos me han ido dando largas o rotundamente me han desahuciado. He consultado con dos expertos en columna que han coincidido en una posible operación. Me aferro a ello y asumo las complicaciones, que son importantes, pero no puedo mantener esta situación por más tiempo, que me afecta a mi calidad de vida.

Todavía tengo que dar mucha guerra, jajaja.

Gracias, amiga Atenea, por tus palabras.

Besos

Lady Morrigan dijo...

la fuerza es una virtud, hay mucha fuerza en tí Perséfone, siempre sé mujer de tus propias conviciones, ^^.

Te regalo un sueño, tú decides cuál