Me acompañan en esta travesía

sábado, 26 de diciembre de 2009

Ojalá, ojalá...

Es momento de pedir deseos, de soñar, de tener esperanzas y buenos propósitos. En el terreno de los deseos tengo uno muy claro: "deseo que termine este año cuanto antes y se vaya el mal fario". Cierro los ojos y repito "ojalá, ojalá..."

Ojalá Hades se refugie en su inframundo, y se olvide de mí. Y me deje realizar mi destino: la eterna primavera. Que una madre agradecida de recuperar a su hija siembre de flores la tierra.

...Y deje de comer granadas que me exhoneren del pacto nupcial. No, Hades, renuncio a ti.

Ojalá alguien pague mi rescate y me libere, me salve...

Demeter, deja de llorar, el próximo año prometo estar junto a ti.

(Canto la canción de Silvio Rodríguez a voz en grito, con mucho sentimiento)



Si piensas que este post es un galimatías, visita La leyenda de Perséfone.

4 comentarios:

Elvira dijo...

Es un mito precioso. Te deseo una magnífica primavera, aunque seguro que la estancia en el Hades te dió profundidad, compasión y ternura.

Mis mejores deseos para el 2010!!

Perséfone dijo...

Hola Elvira, gracias por venir a verme.

Es cierto, la estancia en el Hades me ha hecho cambiar el prisma con que mirar la vida y aflorar y valorar los sentimientos, la emotividad... que nos caracterizan como seres humanos.

Por ello, valoro tu visita y tus deseos de primavera.

Yo también te deseo lo mejor en este 2010.

Un abrazo.

Lady Morrigan dijo...

es un mito que amí me atragantaba, más que nada, siendo sincera, grrrrr

ODIO A ESE SER PRESUNTUOSO LLAMADO HOMBRE!

Pero solo por el echo de que ya nos enseñaban de que los dioses yacían y torcian fidelidades a su antojo, siempre releía el rapto de perséfone sacando los dientes y mordiéndome la lengua...

Al final fue Hades quien casi se atraganta con ella, quizás Hades te haya enseñado algo que por tí sola no puedieras aprender, pero ¿qe demonios?

eres una diosa, sí, no hay nada que se te impida ni aun de tus mayores, no debes sometimiento hacia tales, recoges las lágrimas doloridas de tu madre que seca y cruda se vuelve cuando emerges nuevamente hacia las tinieblas donde se acomoda en su alfombra.

Pero tus rojos cabellos rompían el aúra sombría de su cámara y sus bovedas, sigue creciendo y del maestro al que se suele decir que se aprende más, quizas no tenga más remedio un día que legarte su trono...

Perséfone dijo...

Mira, Lady Morrigan, si por más vueltas que le doy... lo tiene todo, todito, hasta la infidelidad, y por ahí no paso. Que vaya detrás de las ninfas... eso ya pasa de castaño oscuro.

Te regalo un sueño, tú decides cuál