Me acompañan en esta travesía

martes, 6 de abril de 2010

Estrenar de nuevo con las sombras de Hefesto


El sábado estrené de nuevo mi scooter. No lo cogía desde antes de la operación y, desde entonces hasta ahora, cuando he salido he utilizado la silla de ruedas manual (no tengo eléctrica), por no darle movimiento a la espalda. Me sentí de nuevo independiente después de mucho tiempo, aunque a las cinco de la tarde ya estaba muy cansada y tuve que volver rápidamente a mi casa.

También estrené mi cámara de fotos (que me vuelvo loquita con ella), disparando aquí y allá como los fotógrafos profesionales, para luego descartar y quedarme con las mejores. Me encanta capturar momentos, instantes irrepetibles (el presente es tan efímero...), luces que ya no volverán a posarse de nuevo de la misma forma en que lo hizo ni iluminar de la misma manera.

Pero lo más importante es que estrené de nuevo una sonrisa bajo el sol. Sin embargo, no era esa mi sonrisa, ni mi mirada. Me sentía extraña. Me veía desde fuera, como en esos sueños en que nos vemos a nosotros mismos como personajes en manos de un narrador que, curiosamente, seguimos siendo nosotros.

Estrenar de nuevo, volver a estrenar como la primera vez. Porque a veces, se abre un abismo entre las distintas etapas de nuestras vidas y, entonces, es posible estrenar como la primera vez algo que ya había sido estrenado.

Desde esa tarde, los dioses se han cobrado el tributo que debo pagar por un instante de felicidad. Y esta circunstancia me entristece sobremanera. Son tan injustos... No sólo es Hades el que me infringe sufrimiento, que ha conseguido arrastrarme durante estos días, aportándome tristeza, también Hefesto me transmite su fuego que me abrasa mi pierna incandescente.

Creo que Hefesto me tiene envidia y celos (ha salido a su madre, Hera, mi tía), y de ahí, su sed de venganza. Él, tan feo y tan cojo; y yo, tan bella y perfecta... Él, arrojado al mar por su madre; yo, criada entre algodones. Pero la inquina que le tengo a mi primo no es porque sea feo y cojo, sino porque intentó violar a mi hermana Atenea, y eso no se lo perdono. Además, también la mortifica con su fuego, el muy cabr...

3 comentarios:

Maripaz dijo...

Lo que realmente importa, es ese espiritu de estreno, porque quien es capaz de estrenar algo nuevo, tiene el corazón lleno de vida y sueños por realizar, a pesar de los pesares...

Te véo con la ilusión reflejada en el rostro, y eso es muy importante, para vivir cada instante.

Un beso y todo mi cariño

Alís dijo...

Lamento que debas pagar tributo, pero me parece esperanzador que vayas reestrenando sonrisas y disfrutando con tu cámara.
Poco a poco, así se recorren los caminos. Ojalá el peaje sea cada vez menor.
Besitos

Perséfone dijo...

- Maripaz: "El corazón lleno de vida y sueños por realizar... la ilusión reflejada en el rostro", muy bonito. Gracias por tus palabras y tu visita. Besos.

- Alís: "Poco a poco, así se recorren los caminos" Yo también espero pagar cada vez menos peaje, pero, niña, con la crisis que hay lo veo difícil ;) Besos.

Te regalo un sueño, tú decides cuál