Me acompañan en esta travesía

domingo, 16 de enero de 2011

Una isla desierta llena de gente

He descubierto que me aferro a las personas como al aire para respirar. No sé vivir sin ellas. Sin su calor, sin sus caricias, sin sus palabras de aliento. Me alimento diariamente de las personas, me son imprescindibles. A la pregunta, ¿a quién y qué te llevarías a una isla desierta? Yo respondería "a gente", me llevaría a gente para que dejase de estar desierta.

Amo la soledad, elijo la soledad como momento único de diálogo interior, me gusta acompañarme a mí misma, no suelo aburrirme conmigo, creo que soy la mejor compañía que conozco, la que más me comprende y me acepta tal como soy. Sí, me siento en paz conmigo misma, trabajo me ha costado. Pero a esta altura de vida ya sé que cuanto más me quiero, más quiero a los demás. Me sobra amor para repartir, y necesito proyectar ese amor en los otros. Quizás por todo ello, me duelan tanto algunos comportamientos humanos tan sin sentido, tan hirientes, tan cargados de odio, crispación o, simplemente, indiferencia, que no comprendo por qué estropeamos la vida y a la gente que la vive. Para caminar, para avanzar, necesitamos comprender. No podemos superar un incidente, un tropiezo, una etapa, sin comprender el origen que lo causó, sin resolver el conflicto, en el caso de que lo haya.

Necesito a las personas, por eso, cuando me fallan, me desilusionan, me defraudan... me duele tanto, me hiere tanto. Y es una herida física, es un dolor que se puede palpar, para el que no existe calmante alguno que no sea el tiempo y un apósito rígido que tape el abismo de amargura.

A veces, nos complicamos y malgastamos la vida, la única vida que viviremos. Si fuésemos conscientes de esta verdad, quizás actuásemos de forma diferente. Pero, inconscientemente, pensamos que siempre viviremos o que nuestra vida será lo suficientemente larga como para rectificar al fin de nuestros días. Y que ése tardará en llegar.

Hoy me siento mal, no comprendo tantas cosas de los seres humanos...!! Esto me provoca tristeza y me impide avanzar. A pesar de todo, llenaría la isla desierta, porque sigo creyendo en las personas.

Buenas noches y felices sueños!!

8 comentarios:

Miquel Àngel dijo...

te recomiendo "El arte de domar al Tigre" de Akong Rimpoche, Un medico Budista que fundó ROKPA una asociación internacional de ayuda al tibet , esdte libro es muy fàcil de leer y te puede vdar pautas para controlar los apegos y dependencias,que en nuestro caso a veces se exacerban por causa de nuestras dificultades ... te deseo lo mejor

El Drac dijo...

Además no nos queda otra salida querida amiga, somos entes que interactuamos con las demás personas POR NECESIDAD; así que al mal tiempo ¡¡buena car!! Un gran abrazo

Perséfone dijo...

Muchas gracias, *MIQUEL, por tu recomendación, la tendré en cuenta.
Delimito la dependencia física de la emocional. Hasta ahora, mi vida estaba llena de actividad, siempre falta de tiempo, me volcaba en la gente, por mi trabajo, pero de otra forma. Ahora, soy más consciente de la interrelación tan importante entre los seres humanos, en la necesidad de beber de ellos. No sé, Miquel, es todo tan complejo...

Besos

Perséfone dijo...

* El Drac: Nos necesitamos, ¿cuándo nos daremos cuenta de ello? y no comprendo actitudes intolerantes hacia otros seres humanos.

Besitos

Alís dijo...

No sólo llego tarde, sino que llego con el ánimo medio tocado y temo no ser la mejor compañía.
Y es que cuantos más años tengo, más me apetece estar sola, aislarme de todo y de todos para acercarme a esa paz que sueño desde hace tanto tiempo y no logro encontrar. Sin embargo, ni estando sola lo estoy. Ahora incluso somos mucha gente en un solo cuerpo.

Espero que tú ya te sientas mejor


Besitos

Perséfone dijo...

Y yo que llevo días pensando en ti?
Amiga, tú siempre eres una agradable compañía para mí.
Sí, con el paso de los años nos vamos encontrando más a gusto con nosotros mismos, pero también valoramos más la interrelación humana.
Me encuentro mejor, y espero que tu estado sea lo más pasajero posible.
Te mando un cálido abrazo y mil besos, mi niña.

Elenita dijo...

Perséfone, espero que aún me recuerdes disculpa mi ausencia durante tanto tiempo... me apena mucho saber que pude hacerte falta... pero aquí estoy Amiga.
Besos.
Elena.

Perséfone dijo...

Hola Elena, claro que me acuerdo de ti! Me alegro de volverte a ver.
Muchas gracias, amiga, me llega tus buenas vibraciones.

Besitos

Te regalo un sueño, tú decides cuál