Me acompañan en esta travesía

miércoles, 9 de febrero de 2011

La impostora...


Demasiadas noches de llanto, como si la noche necesitase lavarse la cara, y fuera ese el estado necesario para atraer al sueño plácido. Me voy rodeando de agujas, cuchillas y demás objetos punzantes y evocadores que sé me hieren en lo profundo. Me regodeo en la herida que se abre en abismo de pesares, como si sólo así me sintiera cómoda conmigo misma y en paz con la vida.

Me siento en plena traición, traicionando al día cuando llega la noche, traicionando a la noche cuando llega la madrugada, traicionando a la madrugada cuando llega de nuevo el día. Un rostro que muestra muecas diferentes, según en cada momento, consumiendo las horas que acarician las manecillas del reloj... ¿será así la eternidad? Un rostro que oculta las lágrimas, de puertas adentro pero que, cuando llega la noche, moja las sábanas y de paso, a veces, inunda la red al amparo del anonimato.

También siento que traiciono a los que me quieren, que no saben de mí, que les muestro otras muecas y les vendo humo. Me siento como una farsante, una impostora que engaña y traiciona a quienes confían en mí.

Y no sé cuándo empezó todo esto. Pero hace tanto tiempo ya... que me fallan las fuerzas. Y se desmonta la entereza con la que disfrazo mi día a día, con la que me calzo y me visto.

Aún así soy afortunada, pues me siento muy querida. Pero este motivo cae sobre mí para reprocharme mi propio egoismo.

Y ya no puedo culpar a nadie de mi desdicha, sólo a mí, sólo a mí...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te entiendo Perse, te entiendo como no puedes imaginarte, quizá porque yo también soy especialista en máscaras y palabras de humo.

Pero existe alguien a quien jamás podemos engañar de ninguna de las maneras...y es a nosotras mismas. Nos conocemos demasiado como para no permitir que la eternidad sea un naufragio.

Ánimo, preciosa..

un beso

Perséfone dijo...

Querida Lo, ya echaba de menos a Casiopea y sus margaritas.

No podemos engañarnos a nosotras mismas, estamos condenados a la autosinceridad (debiera estar aceptada esta palabra en la RAE, no crees?)

Un besito. Te deseo una feliz semana.
(Quizás algún día intercambiemos máscaras repes ;)

Misk dijo...

Dices que te sientes querida, pero a quien quieren de verdad? si tu les engañas... en realidad ese querer no existe, no?

Misk

Perséfone dijo...

Quieren a la persona que se muestra y a la que se adivina, porque, en el fondo, soy transparente, sólo hay que tener acierto de mirar al corazón para encontrar a la persona y no al personaje.

El querer existe, desde el momento en que yo lo percibo.

Gracias, Misk, has hecho una reflexión interesante. Te doy la bienvenida a este espacio.

Besos

Te regalo un sueño, tú decides cuál